¿Eres de los que cogen todo lo que anda en el aire? ¿Cada invierno lo empiezas con pañuelos en el bolsillo y jarabe en la mesilla? Fortalecer tu sistema inmune no tiene por qué ser complicado ni requerir soluciones mágicas: se trata de entender qué necesita tu cuerpo y cómo darle las herramientas para defenderse.
Aquí te comparto una guía práctica, con una serie de hábitos, alimentos y complementos alimenticios para acompañar el funcionamiento normal de tu sistema inmunitario durante todo el año, especialmente en épocas de mayor exigencia
Un sistema inmune fuerte no se construye en un día, pero con pequeños cambios sostenidos puedes transformar tu capacidad de resistencia. No se solo trata de cuidar tus defensas, sino de apoyar el equilibrio del organismo y sentirte bien cada día.
Fortalece tu intestino: el centro de tu inmunidad
Lo que muchos no saben es que una gran parte del sistema inmunológico se encuentra en el intestino, donde interactúa constantemente con la microbiota intestinal (el conjunto de bacterias buenas que viven en tu intestino). Cuando la microbiota está equilibrada, contribuye al equilibrio fisiológico del organismo.
¿Qué puedes hacer?
- Come más alimentos ricos en fibra (verduras, frutas, legumbres). Pueden ser utilizados por la microbiota como sustrato.
- Incluye alimentos fermentados como chucrut, kéfir, yogur natural o kombucha. Contienen microorganismos vivos procedentes de la fermentación.
- Si tienes problemas digestivos frecuentes, considera el uso de butirato, un ácido graso de cadena corta implicado en procesos locales relacionados con la señalización celular y regulación inmunitaria.
Vitamina D3 + K2: tu escudo invisible
La vitamina D3 es uno de los micronutrientes más importantes para una respuesta inmune eficaz. Y aunque la obtenemos mayoritariamente del sol, muchas personas tienen déficit, sobre todo en otoño e invierno.
¿Por qué es tan importante?
- Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario tanto en adultos como en niños. Participa en procesos fisiológicos clave como la diferenciación de células inmunitarias y en la producción de mediadores inflamatorios como las citoquinas.
Al combinarla con vitamina K2, ayudas a que el calcio que absorbes se dirija correctamente a los huesos y no se acumule en arterias. Es un combo especialmente recomendado en épocas frías.
Dormir bien: tu mejor cuidado nocturno
Mientras duermes, tu cuerpo no solo descansa: también lleva a cabo procesos fisiológicos esenciales para su equilibrio. En las fases de sueño profundo se producen ajustes hormonales, procesos de regeneración celular y funciones relacionadas con la respuesta inmunitaria.
Consejos para dormir mejor:
- Mantén horarios regulares.
- Evita pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Cena ligero y al menos dos horas antes de acostarte.
- Si te cuesta conciliar el sueño, incluir complementos como el magnesio bisglicinato puede ser de gran ayuda. Acompaña rutinas orientadas al descanso nocturno, gracias a su papel en el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Gestiona el estrés: la clave para el equilibrio inmunitario
El estrés crónico activa mecanismos fisiológicos que implican el eje HPA (hipotálamo-pituitaria-adrenales). Uno de los protagonistas de esta respuesta es el cortisol, una hormona que en exceso puede influir en el equilibrio del sistema inmunitario.
¿Qué puedes hacer?
- Practica técnicas de relajación: respiración profunda, meditación o mindfulness.
- Sal a caminar al aire libre: 20-30 minutos al día pueden marcar una gran diferencia.
- Incluye adaptógenos, como la ashwagandha, una planta que contribuye a la relajación mental y el equilibrio emocional, regulando la respuesta al estrés.
Cuida de tu digestión: te permite absorber lo que realmente necesitas
Una digestión eficiente es clave para absorber nutrientes esenciales como hierro, zinc, vitamina B12 o proteínas nutrientes participan en múltiples funciones fisiológicas, entre ellas las relacionadas con el sistema inmune.
Si notas que:
- Tienes digestiones pesadas
- Te hinchas con facilidad
- Te sientes cansado después de comer
… podrías necesitar apoyo digestivo. El suplemento betaína + pepsina puede ser un complemento extra para el entorno gástrico: la betaína HCl permite mantener la acidez estomacal, mientras que la pepsina facilita la descomposición de los alimentos, facilitando la absorción de nutrientes.
Hábitos diarios que apoyan tu inmunidad
No todo se trata de suplementos. Tus rutinas diarias también tienen un gran impacto.
Bebe suficiente agua: la hidratación es esencial para mantener el equilibrio fisiológico general del organismo.
Muévete a diario: el ejercicio moderado favorece la circulación y el bienestar general, incluyendo la función inmune.
Modera el consumo de azúcar: en exceso puede afectar el equilibrio metabólico.
Cuida tus relaciones sociales: mantener contacto social y emocional positivo contribuye al bienestar psicológico.
Ventila bien los espacios y busca luz natural: abre las ventanas y aprovecha cada rayo de sol que puedas para crear un entorno agradable y saludable.
En colaboración con Regenera.

