Cansancio persistente: 5 factores relacionados con el estilo de vida que quizás estás pasando por alto

Descubre cómo sentirte con más energía identificando pequeños cambios en tus hábitos diarios que muchas veces ignoramos.

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Descubre cómo sentirte con más energía identificando pequeños cambios en tus hábitos diarios que muchas veces ignoramos.

Sentirse cansado tras una semana intensa de trabajo o tras dormir mal una noche es completamente normal. Pero cuando se vuelve un cansancio persistente, puede estar indicando que algo en tu cuerpo no funciona como debería.

Muchas personas lo asocian con el estrés, la falta de sueño o el exceso de trabajo, pero ¿sabías que hay otros factores relacionados con el estilo de vida que también pueden influir en la sensación de fatiga constante? Identificarlas es clave para mejorar tu bienestar general y sentirte más vital.

A continuación, exploramos 5 aspectos del estilo de vida que podrían estar relacionados con el cansancio permanente que quizás no estás considerando, y te ofreceremos sugerencias prácticas y naturales para incorporar en tu rutina y favorecer un mayor bienestar.

Causas del cansancio permanente

1. Desequilibrios de vitaminas y minerales

Nuestro cuerpo necesita una variedad de micronutrientes para apoyar el equilibrio de procesos metabólicos relacionados con la producción de energía y el bienestar general.

Una alimentación poco variada, pobre en alimentos frescos, rica en ultraprocesados o casos de periodos con mayores requerimientos nutricionales (como estrés prolongado, cambios hormonales o actividad física intensa), pueden contribuir a sentirte con menos energía de lo habitual.

Algunos nutrientes cuya ingesta adecuada se asocia con el metabolismo energético normal son:

  • Vitamina B12
  • Hierro
  • Magnesio
  • Calcio

2. Poca hidratación

Parece básico, pero muchas veces no bebemos suficiente agua a lo largo del día. Mantener una hidratación adecuada es importante para apoyar el bienestar general y sentirnos con más energía.

La ingesta adecuada de líquido contribuye a que los procesos metabólicos del cuerpo funcionen de manera eficiente, permitiendo la circulación y el transporte de nutrientes a las células.

3. Bajo aprovechamiento de los nutrientes

A veces, aunque comamos bien, la forma en la que nuestro sistema digestivo procesa los alimentos también influye en cómo nos sentimos.

El bienestar intestinal está relacionado con aspectos como el equilibrio de la microbiota y la eficiencia en la digestión. Cuando la digestión no es ligera, pueden aparecer molestias comunes como sensación de pesadez, hinchazón o gases, que afectan al confort diario.

4. Desregulación en el ritmo circadiano

Dormir muchas horas no garantiza que estés descansando bien. Si te levantas cansado, algo va mal. La calidad del sueño depende, en parte, de que el cuerpo siga su ritmo natural de vigilia y descanso.

A veces, el cuerpo no logra entrar en las fases profundas del sueño debido a la exposición a luz artificial o el uso de pantallas antes de dormir, el consumo de cafeína en horas tardías del día o situaciones como el estrés. Cuando el ritmo circadiano se altera, la falta de descanso genera sensación de cansancio permanente desde que empieza el día.

5. Cambios hormonales

Las hormonas participan en muchos procesos del cuerpo y, en determinadas etapas de la vida, sus fluctuaciones pueden influir en cómo nos sentimos a nivel de energía. Esto puede ser más evidente especialmente en mujeres durante el ciclo menstrual, la menopausia o el postparto. En hombres, cambios en los niveles hormonales también pueden afectar la vitalidad diaria.

El estrés prolongado y ciertos hábitos de vida también pueden afectar al equilibrio general del organismo y contribuir a una mayor sensación de fatiga.

Cómo afrontar el cansancio en tu día a día

Ahora que conoces algunas de las posibles causas del cansancio, es hora de actuar. Aquí tienes una guía práctica con pequeños cambios que te pueden ayudar a recuperar la vitalidad de manera natural:

  • Mejora tu alimentación

Añade a tus platos más verduras y frutas frescas, ricas en micronutrientes, en forma de ensaladas, batidos, salteadas o como prefieras.

No te olvides de las grasas saludables (como aceite de oliva, frutos secos o aguacate) ni de las proteínas de calidad presentes en alimentos como el pescado azul (sardinas o caballa) que forman parte de una alimentación equilibrada.

Como fuente de hidratos elegiremos preferentemente cereales integrales como el arroz integral o el trigo sarraceno que debido a su alto contenido en fibra, pueden ayudarte a mantener una liberación de energía más sostenida a lo largo del día.

En determinadas situaciones, como cuando la alimentación no cubre todos los requerimientos nutricionales, puede ser recomendable consultar con un profesional de la salud sobre la conveniencia de utilizar complementos alimenticios.

  • Cuida tu salud intestinal

Puedes incluir alimentos fermentados como la kombucha o el kéfir . La fibra también puede favorecer el confort digestivo e intestinal, una buena opción para incluirlas son es las gachas de avena.

En algunas situaciones, puede ser adecuado el uso de enzimas digestivas para apoyar la digestión y absorción de determinados alimentos.

  • Hidrátate correctamente

Asegúrate de beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día para mantener el equilibrio hídrico. Puedes hacer tu agua más sabrosa añadiendo unas hierbas aromáticas o trozos de fruta fresca.

En épocas de calor o tras realizar ejercicio, es recomendable prestar especial atención a la hidratación, ya que el organismo pierde más líquidos. Una buena opción en estos casos puede ser el agua de mar, rica en sales minerales.

  • Cuida tu descanso

Para ello necesitamos tener rutinas de sueño regulares para mantener los ritmos circadianos. ¿Cómo lo podemos hacer? Respetando los horarios de sueño, evitando la cafeína por la tarde y manteniendo tu habitación en oscuridad durante la noche para favorecer la relajación y la producción natural de melatonina.

Si sientes que necesitas un apoyo extra, la melatonina contribuye a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño y el magnesio contribuye a disminuir el cansancio y la fatiga.

  • Aporta bienestar en épocas de desgaste

En periodos de estrés o cansancio, puedes incorporan a tu rutina extractos vegetales naturales como la ashwagandha con propiedades adaptógenas, la rodiola que mejora el rendimiento físico y mental en situaciones de estrés, o el ginseng coreano.

El cansancio persistente no siempre se debe únicamente al estrés o a la falta de sueño. A menudo existen diversos factores relacionados con el estilo de vida que ignoramos, pero que pueden incluir en cómo nos sentimos a lo largo del día. Podemos abordarlos con pequeños cambios en nuestros hábitos como la alimentación, la hidratación, la actividad física o el descanso y con la ayuda de soluciones naturales.

Identificar los factores que pueden estar influyendo en la sensación de cansancio es un buen primer paso para cuidar tu bienestar. Adoptar hábitos saludables puede ayudarte a sentirte con más energía de manera natural.