Hay días de verano en los que solo queremos abrir la nevera y encontrarnos con algo rico, nutritivo y listo para servir. Nada de encender fuegos ni complicarnos: solo cortar, emplatar y disfrutar. Este pastel frío de quinoa con verduras y cúrcuma es de esos platos que salvan comidas y cenas sin esfuerzo. Además se puede dejar hecho con antelación. La cúrcuma le da ese color dorado tan bonito, y los tomates secos y los champiñones suman sabor. Ideal para llevar al trabajo, sacar en una comida familiar o guardar en la nevera como comodín veraniego.

Ingredientes para el pastel frío de quinoa con verduras y cúrcuma:
- 1 lámina de hojaldre
- 1 puerro
- 250 g de champiñones frescos
- 6-8 tomates secos en aceite
- 1 taza de quinoa
- 4 huevos ecológicos
- 1 cucharadita de cúrcuma en polvo
- Sal marina sin refinar
- Pimienta negra molida
- Ghee, para cocinar
Paso a paso para el pastel frío de quinoa con verduras y cúrcuma:
- Para cocinar la quinoa, enjuaga bien una taza bajo el grifo con un colador fino. Luego cuécela en dos partes de agua con una pizca de sal durante unos 11-12 minutos. Escurre y deja enfriar.
- Prepara las verduras. Lava y corta el puerro en rodajas finas. Limpia los champiñones y trocéalos. En una sartén con una cucharada de ghee, sofríe primero el puerro durante unos 4-5 minutos. Añade los champiñones y cocina todo junto hasta que estén dorados. Incorpora los tomates secos picados y mezcla bien. Deja templar.
- Bate los huevos en un cuenco amplio con la cúrcuma, sal y pimienta al gusto. Añade la quinoa cocida y las verduras salteadas, integrando bien todos los ingredientes.
- Monta el pastel en un molde redondo pequeño con la lámina de hojaldre en la base. Vierte la mezcla dentro y distribúyela de forma uniforme.
- Hornea a 180ºC (con el horno precalentado) durante unos 20-25 minutos, hasta que el relleno esté cuajado y la superficie ligeramente dorada. Saca del horno y deja enfriar a temperatura ambiente.
- Refrigera al menos 2 horas antes de servir. Se puede tomar frío o a temperatura ambiente, acompañado de una ensalada verde o gazpacho fresco.
Un pastel vegetal sabroso, fácil de hacer y perfecto para tener siempre algo nutritivo en la nevera.