¿Cómo afecta el sol a la piel?
Con la llegada del buen tiempo, pasamos más tiempo al aire libre y nuestra piel se expone con mayor frecuencia a la radiación solar. Aunque el sol es una fuente natural de vitamina D, su exceso puede tener consecuencias negativas si no tomamos precauciones adecuadas.
La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) puede generar aparición de manchas, pérdida de elasticidad, envejecimiento prematuro e incluso daños más profundos como alteraciones celulares. Estos efectos pueden acumularse con los años, por lo que es fundamental adoptar buenos hábitos antes de que empiece el verano.
La piel tiene memoria, y cuidar de ella desde antes de la exposición solar intensa nos permite minimizar los riesgos y mantenerla saludable durante toda la temporada estival.
Consejos sobre cómo preparar la piel para el verano
Preparar la piel con antelación es clave para afrontar el verano con seguridad y lucir una piel bonita, uniforme y cuidada. A continuación, te damos una serie de recomendaciones sencillas y eficaces.
1. Exfolia la piel con suavidad
Antes del verano, es importante eliminar células muertas que se acumulan en la superficie cutánea. Una exfoliación suave, adaptada a cada tipo de piel, mejora la textura y permite que los tratamientos posteriores se absorban mejor. No es necesario hacerlo a diario: una o dos veces por semana es suficiente.
2. Si tu piel está deshidratada, restablece el equilibrio
No todas las pieles necesitan un extra de hidratación, pero si notas tirantez, descamación o aspecto apagado, puede ser señal de deshidratación. En esos casos, es recomendable aumentar la ingesta de agua y utilizar cosméticos formulados con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o aloe vera, que ayudan a recuperar el confort cutáneo.
3. Refuerza tu piel con antioxidantes
Los antioxidantes ayudan a proteger las células frente al estrés oxidativo causado por el sol. Puedes encontrarlos en alimentos como frutas rojas, zanahorias o tomates, pero también en productos específicos. Por ejemplo, algunos complementos alimenticios con vitamina C, vitamina E o selenio pueden contribuir a la protección de las células frente al daño oxidativo*.
*Consulta siempre con un profesional antes de incorporar complementos alimenticios a tu rutina.
4. Prepara tu piel con nutricosmética
Actualmente existen productos que contienen ingredientes como carotenoides (por ejemplo, betacarotenos), que participan en el metabolismo de la piel y ayudan a potenciar un bronceado uniforme. Estos ingredientes se deben tomar con antelación, al menos unas semanas antes de exponerse al sol de forma continuada.
5. Usa protección solar… ¡también en primavera!
La protección solar no debe reservarse solo para los días de playa. Usar un fotoprotector con un SPF adecuado a tu tipo de piel debería formar parte de la rutina diaria. Elige una textura que se adapte a tus necesidades y aplícalo cada mañana, replicándolo si vas a estar al aire libre.
No solo hay que fotoprotegerse cuando se va a la playa o la piscina. También es importante hacerlo cuando salimos a la calle, aunque sea para un paseo corto, y especialmente si se tiene tendencia a desarrollar pigmentaciones como el melasma.
En casos de melasma, la protección solar debe mantenerse durante todo el año, incluso en días nublados o en interiores con luz natural, ya que algunos tipos de radiación atraviesan ventanas y pueden estimular la aparición o empeoramiento de las manchas.
6. Cuida la alimentación
Una dieta rica en frutas, verduras, grasas saludables y agua contribuye a mejorar el estado general de la piel. Los alimentos ricos en licopeno (tomate), luteína (espinacas), omega-3 (semillas, pescado azul) y polifenoles (frutas del bosque) pueden complementar de forma natural tu preparación solar.
7. Revisa tu piel y tus hábitos
Antes del verano, es buen momento para acudir a una revisión dermatológica si tienes lunares o manchas que te preocupan. Además, intenta evitar exposiciones solares intensas en las horas centrales del día y usa ropa, sombreros o gafas como protección adicional.
Preparar la piel antes del verano no solo te permitirá disfrutar del sol de forma más segura, sino que también te ayudará a mantener un aspecto saludable, uniforme y luminoso durante toda la temporada. La clave está en la constancia: pequeños gestos diarios pueden marcar la diferencia.
Cuida tu piel con antelación y haz del verano tu mejor aliado.