En los últimos tiempos se ha despertado un interés creciente en esta proteína porque numerosos estudios han puesto de manifiesto que la suplementación con colágeno puede reducir arrugas, mejorar la salud de la piel, reducir el dolor articular e incrementar la densidad ósea, es decir, es una varita mágica a todas las áreas a las que afecta el envejecimiento.
Forma parte de todas las estructuras que puedas imaginar: Pelo, dientes, uñas, piel, órganos, arterias, cartílagos, huesos, tendones y ligamentos. Alrededor de los 20 años comenzamos a perder colágeno, a un ritmo del 10% por cada década, así que podríamos decir que realmente el envejecimiento consiste en la pérdida progresiva de colágeno.
El ser humano ancestral y sin ir tan lejos, nuestros abuelos, lo tenía más fácil para mantener unos buenos niveles de colágeno en su cuerpo ya que cocinaban el animal completo, incluidos piel, vísceras e incluso el tuétano de los huesos.
Si bien hay corrientes de salud que tratan de recuperar estos hábitos, lo cierto es que la mayoría de la población bien por desconocimiento, bien por falta de tiempo, sigue sin consumir estas partes “menos nobles” del animal que están llenas de colágeno.
¿Cuántos tipos de colágeno existen?
Aunque hablemos de colágeno como si de una sola proteína se tratase, existen 29 tipos de colágeno, que podemos dividir en dos grandes grupos: colágeno fibrilar (el más abundante e incluye los tipos I, II, III, V, XI, XXIV y XXVII), y no fibrilar, que suele organizarse formando mallas, e incluye el resto.
De entre todos estos tipos, el 90% del colágeno lo constituyen el tipo I (presente en la piel, tendones, órganos y huesos), tipo II (el más abundante del cartílago), tipo III (lo encontramos en la piel, vasos sanguíneos grandes, útero y pared intestinal), tipo V (superficies celulares, pelo y placenta) y tipo X en el cartílago hipertrofiado y mineralizado.
¿Qué tipo de colágeno es mejor?
Una duda razonable cuando empezamos a introducirnos en este mundo es plantearnos qué tipo de colágeno es mejor, y hay dos características que debemos tener en cuenta a la hora de buscar el colágeno adecuado para nosotros: Qué estructura es la principal que queremos reforzar (en base a esto elegiremos un tipo u otro), y que esté hidrolizado, es decir, partido en pequeños péptidos.
El consumo de péptidos hidrolizados de colágeno hace que se absorban y asimilen de forma óptima, lo que estimula directamente la síntesis de colágeno e incluso puede hacer que estos péptidos se acumulen en el cartílago.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que nuestro cuerpo necesita de unos cuantos cofactores para producir colágeno, como son la vitamina C, el cobre, el zinc o el boro (que, a pesar de que ser un mineral que pasa desapercibido tiene efectos antiinflamatorios y antiosteoporóticos).
Puedes confiar en que tu alimentación es variada y lo hará todo por ti, o consumir Colágeno Multimax5 que incluye los 5 principales tipos de colágeno y todos las vitaminas y minerales necesarios para su óptima síntesis.
Además, contiene también ácido hialurónico, una molécula que retiene el agua, ayudando a lubricar las articulaciones y la fascia, y harpagofito, un antiinflamatorio de origen natural.
Colágeno para las articulaciones
Si tu principal preocupación es qué tipo de colágeno debes tomar para las articulaciones debes tener en cuenta no sólo al colágeno a secas, sino otras moléculas implicadas en el mantenimiento de la salud articular.
La glucosamina es necesaria para la síntesis de sustancias que actúan como lubricantes o amortiguadores de las articulaciones, y junto con la condroitina ejerce un efecto sinérgico condroprotector, reduciendo la necesidad de consumir analgésicos. Ideal la Condroitina y glucosamina en casos de artrosis.
Además, el consumo de sustancias ricas en azufre como el M.S.M, molécula naturalmente presente en el cuerpo humano con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes o la ESM, de origen natural y con proteínas esenciales para mantener sanos el cartílago y el líquido sinovial, combinados con el poder antiinflamatorio de las plantas medicinales como la Boswellia serrata y la cúrcuma cuidará de tus articulaciones tanto en el caso de deportistas como de personas en edad más avanzada.
Colágeno para la piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, actúa como una barrera de protección natural, regulando la temperatura y protegiendo al cuerpo de los ataques externos.
En la dermis, la capa más gruesa se encuentran las fibras de colágeno y elastina, que contienen ácido hialurónico que vamos perdiendo a medida que envejecemos. Teniendo en cuenta esto, ¿qué tipo de colágeno es bueno para la piel?
Aquél que contenga por supuesto colágenos tipo I y III pero también ácido hialurónico, antioxidantes como la coenzima Q10, clave en la reducción del fotoenvejecimiento y minerales que nutren nuestra piel desde el interior. Por todo ello, el colágeno MaxSkin de Suravitasan es el indicado para obtener la piel de tus sueños a cualquier edad.
Colágeno para el cabello
No solo las arrugas y el dolor articular son un marcador del déficit de colágeno, sino que a medida que envejecemos sufrimos el afinamiento progresivo del cabello. Es de sobra conocido el papel de la biotina para estimular la síntesis de queratina, por lo que un déficit de esta vitamina puede provocar un debilitamiento del cabello.
Si nos preguntamos qué tipo de colágeno es mejor para el cabello, debemos tener en cuenta esta vitamina también, también incluida en la fórmula MaxSkin.
Ahora que conoces los diferentes tipos de colágeno y otras sustancias implicadas en la buena salud de tu piel, pelo y articulaciones, puedes elegir el colágeno que más se adapte a ti.
Con la colaboración de Sura Vitasan.