Tips para cuidar tu bienestar emocional en Navidad

Cuidar tu bienestar emocional 365 días al año es todo un reto, pero en navidad se convierte en una auténtica odisea.

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Cuidar tu bienestar emocional 365 días al año es todo un reto, pero en navidad se convierte en  una auténtica odisea.

QUERIDO PAPÁ NOEL,¿Y SI NO ME GUSTA LA NAVIDAD?

La Navidad es esa época del año que es amada y detestada a partes iguales por un gran porcentaje de la población. Tu historia de vida, tus experiencias o el momento personal en el que te encuentres, harán que te decantes por uno u otro lado de la balanza.


Para algunas personas la navidad es un momento de alegría, de reencuentros familiares, de momentos idílicos alrededor del árbol, una taza de chocolate caliente, galletas de jengibre y canela, todo muy al estilo película americana, sin embargo, para otras personas puede ser una época de recuerdos dolorosos, de momentos difíciles e incluso de situaciones de peligro.


Si has perdido a un familiar, si tienes una mala relación con tu familia, si la comida para ti es un enemigo, si tienes problemas de pareja o simplemente si no te sientes alineada con estas tradiciones, esta época del año para ti puede ser como una patada en el estómago.


¿Pero cómo se sobrevive a la navidad cuando todo en esta época te intenta empujar a disfrutar y ser feliz?

CUANDO LA NAVIDAD NO HUELE A PAN DE JENGIBRE Y A CANELA:

Lo primero que quiero que quede claro es que no estás obligada a que te guste la navidad. Es una festividad más del año que puede gustarte o no, y no hay nada de malo en ello, son tus gustos, tus decisiones y tus necesidades.


La presión externa sobre lo que “debería” ser la navidad pueden ser abrumadoras. La imposición de tener que hacer mil planes y estar en todos los saraos, esa dicotomía entre lo que se espera de mi en estas fechas y lo que de verdad me hace feliz o con lo que me siento cómoda.


Es válido tomarte un descanso, ajustar la forma en la que participas de ella o incluso elegir no celebrarla en absoluto. Pero para poder hacer esto, primero tienes que escucharte y preguntarte: ¿qué es lo que quiero/necesito/siento?


TODOS TENEMOS EMOCIONES Y TENEMOS QUE DARLE SU LUGAR


Lo primero que debemos plantearnos de cara a nuestra supervivencia es cómo quiero vivir esta época y qué significa para mí la navidad, porque para poder gestionar mis emociones, necesito saber qué estoy sintiendo en cada momento.

Y aquí nos vamos a alejar de juicios, de autocrítica y de machaque emocional. Lo que queremos es entender qué significa esta época para mí y qué me hace sentir para poder establecer el mejor plan posible.


No hay nada malo en lo que sientes, entiende que todas tus emociones son válidas porque tú necesitas sentirlas y están aquí para ser escuchadas. No intentes reprimirlas ni fingir “felicidad”, eso hará que el dolor cuando te quites la máscara, sea aún más intenso.

Dentro de las “emociones” más difíciles y comunes que nos podemos encontrar tenemos:

  • Tristeza: La navidad es una época que como hemos dicho, está asociada con la alegría y la celebración y eso, en personas que están pasando momentos difíciles puede provocar un sentimiento de una profunda tristeza por no estar cumpliendo con los “estándares festivos”.
  • Estrés: La presión social, los preparativos y el mensaje de tener que “disfrutar” de esta época, en cualquier persona puede generar cierta incomodidad, pero en personas que están sufriendo puede ser asfixiante.
  • Culpa: Las personas que esta época del año les pilla atravesando una mala racha pueden sentirse culpables o una carga por no poder dar el 100% o no estar al nivel de las expectativas de los eventos festivos. No es tu culpa, es que no estás en tu mejor momento y eso no es algo que tu hayas escogido voluntariamente.
  • Ansiedad: Las relaciones familiares y sus dinámicas, la exposición constante a comida, el gasto económico o el temor a lo que te depare el siguiente año, pueden desbordar un vaso que ya llevaba tiempo llenándose y que ha llegado a su límite. Una época que debería ser para descansar se convierte en una montaña rusa de emociones.
  • Resentimiento y frustración: Las redes sociales y la tendencia a la comparación son la verdadera epidemia del siglo XXI, y en épocas como la navidad más aún. Es el momento perfecto para entrar en redes y ver familias idílicas, decoraciones preciosas, personas disfrutando con amigos, comiendo de todo y sin parar de hacer planes… Es el caldo de cultivo perfecto para recordarte lo que tú no tienes, lo que no puedes cambiar o no puedes disfrutar y preguntarte, ¿por qué yo no? Es realmente agotador.

Todas estas emociones, naturales y válidas, si no se aceptan y se gestionan adecuadamente se transforman en una especie de nudo en la garganta difícil de tragar.

HIUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA: TIPS PARA GESTIONAR TUS EMOCIONES


Como hemos comentado, el primer paso ya lo tenemos: identificar nuestras emociones. Y ahora que ya les hemos puesto nombre y hemos detectado aquellas señales que las despiertan, necesitamos protegernos.

  1. BYE BYE REDES SOCIALES: Si las redes sociales te hacen daño, limita tu tiempo de uso. Consume solo contenido que proteja tu salud mental. Revisa y bloquea perfiles que puedan despertar en ti emociones dolorosas.
  2. HORA DE PONER LÍMITES: Si estar con tu familia, su forma de relacionarse y en lo que te transformas al estar con ellos te produce dolor, quizá debamos revisar qué parte de esa dinámica es la que duele y como reforzarte para no permitirles entrar. Comunica tus necesidades con calma y, sobre todo, sin culpa.
  3. PRIORIZA EL AUTOCUIDADO: Escoge cómo vivir estas fiestas y piensa aquellas cosas que
    te dan calma, que te transmiten emociones placenteras y ponlas en marcha. No importa que sean solitarias o en compañía, aquí lo importante es que te sientas conectada con lo que de verdad te hace bien.
  4. TOCA DECIR QUE NO. Di no a todos los planes que no te hagan sentir cómoda. Da igual que en otros momentos de tu vida esos planes hayan sido un lugar seguro para ti, si ahora mismo por tus circunstancias no lo son, no tienes que obligarte a hacerlos.
  5. BUSCA TUS PERSONAS DE SEGURIDAD: Rodéate si puedes de personas que te entiendan, que te quieran y que acepten todas tus versiones. Las que no, bueno, quizá no deberían formar parte de tu historia.
  6. NUEVAS TRADICIONES: Construye tradiciones nuevas a tu manera, a tu ritmo, con tus tiempos y acorde a tus necesidades actuales. Recuerda que no somos las mismas personas todo el tiempo, que nuestra vida fluctúa y cambia en función de nuestras experiencias y lo que hoy me hace feliz mañana puede doler.
  7. MANTÉN TUS RUTINAS: Sabemos que las vacaciones alteran siempre nuestras costumbres, es por eso que intentar tener ciertas rutinas dentro del caos nos dará sensación de estabilidad y nos ayudarán a no perder nuestro centro.

Quiero por último recordarte que las emociones son temporales, e igual que vienen se van. Al final lo importante es entender que no hay una forma “correcta” de vivir la Navidad, cada persona y cada camino es único, es tuyo y de nadie más.