Los radicales libres son moléculas donde un electrón de su última órbita ha quedado “desapareado”, lo que provoca que estas moléculas sean altamente inestables y reaccionen con otras moléculas creándoles también esa misma inestabilidad.
Pueden reaccionar con células, con tejidos o con otras estructuras orgánicas provocando lo que llamamos oxidación o cascada oxidativa.
La oxidación se produce en el interior, aunque también hay causas externas que pueden provocarla.
Una de las sustancias más oxidativas que se conocen es el tabaco, seguido de la contaminación ambiental. También hay alimentos que directamente están oxidados, o que contienen muchos radicales libres, como: las frituras, los hidrogenados, los alimentos sometidos a cocciones a altas temperaturas o el alcohol.
El organismo está diseñado para eliminar el exceso de radicales libres, y frenar las cascadas oxidativas, pero cuando hay muchos más radicales libres qué capacidad antioxidante del sistema, se sufre el temido daño oxidativo que puede tener muchas consecuencias para nuestra salud.
¿Cuáles son las patologías más asociadas a un exceso de radicales libres?
Enfermedades cardiovasculares: en concreto la arteriosclerosis.
Deterioro o enfermedades de la piel: como las manchas o su envejecimiento.
¿Qué te puede salvar frente a los radicales libres? ¡Los antioxidantes!
Se trata de moléculas con extra de electrones que pueden “regalar” electrones a los radicales libres y estabilizarlos.
De hecho, el organismo dispone de sistemas enzimáticos con capacidad antioxidante. Así que, para frenar el exceso de oxidación, lo primero que se debe hacer es favorecer la acción de estos sistemas.
Estos sistema son:
- El SOD (SUPEROXIDODISMUTASA) y sus cofactores son el cobre, el zinc y el manganeso.
- El otro sistema importante es el GLUTATIÓN PEROXIDASA, que tiene como cofactor el selenio y nutriente que se puede tomar a diario en nuestra alimentación a través de las nueces de Brasil.
- El último sistema antioxidante es la CATALASA que como cofactor tiene el hierro.
Existen también sustancias antioxidantes exógenas, que se pueden tomar en suplementación o en la alimentación.
Por ejemplo: vitamina C; antioxidante especialmente importante en fumadores, vitamina E; specialmente antioxidante de los lípidos o grasas, vitamina A; antioxidante específico de las mucosas, resveratrol; antioxidante interesante presente en la uva, acetil cisteína o glutatión; sustancias antioxidantes no enzimáticas que forman parte del propio organismo y que también se pueden tomar en suplemento.
¿Cuándo es importante reforzar la toma de antioxidantes?
En momentos del año que haya mucha exposición al sol, si se está muy expuesto a la contaminación, si se es fumador, si se pasa por una época de estrés, si haces prácticas deportivas muy intensas o haya otras circunstancias específicas.
¡Importante!
- Lo indispensable a tener en cuenta es que hay que mantener un equilibrio.
- Tomar antioxidantes de forma recurrente y por largos periodos de tiempo no es todo lo beneficioso que parecería para el organismo.
- Los radicales libres también tienen sus funciones, sirven por ejemplo para eliminar aquellas células que ya tienen que degradarse o eliminarse.
- Evita fuentes de radicales libres como un hígado con “mucho trabajo”, el estrés sostenido, los alimentos pro-oxidantes, o el tabaco.
- Alimentación rica en antioxidantes que se pueden encontrar mayoritariamente en alimentos con colores vivos de origen vegetal.
- No olvides consultar a tu médico antes de empezar cualquier tipo de tratamiento o dieta.
Si quieres ampliar la información, no te pierdas el vídeo de Marta Marcè en nuestro canal.
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