La inmunidad representa la resistencia que uno tiene frente a determinadas acciones patógenas, presentes en nuestro día a día.
La inmunidad está por lo tanto involucrada en todo tipo de virus, de infecciones, de enfermedades bacterianas u otras como las alergias e hipersensibilidades, y por supuesto las de carácter autoinmune.
Así que es importante nutrir y cuidar el sistema inmunitario en nuestro día a día. Dos compuestos que no pueden faltar son los beta-glucanos y la vitamina D.
¿Qué son los beta glucanos? y, ¿En qué alimentos los vamos a encontrar?
Pues los beta glucanos son polisacáridos, un tipo de fibra constituida por monosacáridos unidos mediante diferentes enlaces.
Existen diferentes tipos de betaglucanos, y según su grado de actividad biológica, puede ser mayor, menor o simplemente diferente.
Eso dependerá de la fuente del alimento. Se pueden encontrar en ciertos cereales como la avena, la cebada, el centeno y el arroz, las algas marinas, en la levadura nutricional, y en las setas.
Lo interesante de estos betaglucanos es que activan y modifican nuestra propia respuesta inmunitaria por largo tiempo, y sin sobre-estimularlo ni desgastarlo.
Se trata de un excelente modulador natural del sistema inmunitario, porque lo regula según nuestras necesidades reales.
Además al ser ricos en fibra, son saciantes y ayudan a regular tanto el peso corporal como el tránsito intestinal, tanto en el caso de estreñimiento como de diarrea.
Intervienen también en el buen funcionamiento del sistema cardiovascular, absorbiendo el colesterol y tóxicos en el tracto intestinal. Y al ser de carácter prebiótico, mejoran la diversidad y cantidad bacteriana de nuestra microbiota.
Los betaglucanos de mayor actividad biológica, y por lo tanto los que más nos interesan, son los insolubles.
Y éstos se hallan especialmente en la levadura nutricional y en las setas, sobre todo las japonesas.
La levadura nutricional y los beta glucanos
La levadura nutricional es un producto de origen vegano, de color dorado y de sabor parecido al queso, está delicioso.
Se encuentra en forma de polvo o copos, y es ideal para enriquecer nuestras cremas, platos de pasta, pizzas, verduras y ensaladas, o para elaborar nuestros propios quesos veganos.
Se trata de una levadura inactivada por el calor, lo que la hace apta para casos de candidiasis y de sobrecrecimiento bacteriano.
Se elabora a partir de un microorganismo llamado Saccharomyces cerevisiae que se alimenta de melazas de azúcar de caña o de remolacha, y que luego se fermentan, pasteuriza, limpia y seca.
¿Donde se encuentran los beta glucanos?
Donde más beta-glucanos vamos a encontrar es en las setas, las shiitake, reishi y maitake, y la seta de la ostra llamada también gírgola.
Quedan de fábula salteadas con perejil, ajo y un simple chorrito de aceite de oliva, o en caldos y cremas, o mezcladas en arroces, verduras, tortillas y pasta.
Todas ellas son grandes inmunomoduladoras, antiinflamatorias y antivirales. Se pueden consumir frescas pero también deshidratadas, secadas al sol.
Precisamente estas últimas son muy ricas también en otra vitamina que no puede faltar en tu despensa inmunitaria: la vitamina D.
La vitamina D y el sistema inmunitario
- La vitamina D es mucho más que una vitamina, es una hormona. De ahí sus múltiples funciones e interacciones con nuestra salud ósea, para así garantizar un buen crecimiento y prevenir o frenar la osteoporosis.
- También es necesaria para garantizar la buena regeneración y estado de la piel y mucosas, así como el de los músculos y nervios, y una buena función tiroidea y metabólica.
- Al ser altamente anti inflamatoria, contribuye a la prevención de trastornos de origen inflamatorio y de patologías autoinmunes, además de mejorar el estado anímico y la fertilidad.
- Es una “vitamina-hormona” esencial, es necesario asegurar su aporte a través de la dieta y sobre todo de los hábitos de vida.
¿Donde conseguimos mayor y mejor cantidad de vitamina D?
- En los alimentos la podemos encontrar en las setas, sobre todo secadas al sol. Para consumirlas, basta con re-hidratarlas en agua, así de fácil.
- También en los huevos, especialmente la yema, el pescado azul pequeño, y los quesos y la mantequilla, pero que NO sean desnatados.
- Pero donde más se obtiene vitamina D de la buena es a través del sol! Al igual que las plantas, es necesario tomar el sol a través de la piel para poder hacer fotosíntesis, y así metabolizar correctamente esta vitamina D.
¡Recuerda!
Valorar toda pauta dietética junto con un médico o profesional de la salud, para que pueda asesorar de manera personalizada.
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