¿Cómo hacer una mascarilla casera para hidratar la piel?
Elaborar una mascarilla casera puede ser una forma excelente de cuidar nuestra piel, pero debemos asegurar siempre que los procesos son realizados con precaución, y basándonos en la evidencia científica. Es esencial que escojamos ingredientes frescos, mantengamos una higiene muy estricta en su preparación, y evitemos el uso de activos que puedan irritar la piel, como ácidos o aromas potencialmente alergénicos.
Además de lo mencionado anteriormente, es fundamental preparar nuestras mascarillas en un entorno perfectamente limpio y con utensilios esterilizados, para reducir el riesgo de contaminación bacteriana. Las cepas bacterianas más frecuentes en fórmulas caseras son: Staphylococcus aureus, presente en nuestra piel; Escherichia coli, que puede contaminar si no hay buena higiene al manipular ingredientes, y Candida, en mezclas húmedas con ingredientes como yogur o miel.
Se recomienda limpiar bien el rostro antes de utilizar la mascarilla, y aplicar la mezcla con ayuda de una brocha limpia o una espátula, para evitar la transferencia de bacterias a nuestra fórmula. Estas mascarillas deberían ser utilizadas en un plazo máximo de 2-3 días, y conservadas en un recipiente hermético en nuestro refrigerador.
Aunque los ingredientes naturales parecen seguros, algunos pueden causar irritación. Por ejemplo, el limón es fotosensibilizante y puede provocar manchas por una exposición prolongada al sol tras su uso, y la canela puede causar irritación en pieles sensibles. Por ello, es fundamental hacer una prueba en un área de la piel del brazo antes de aplicar la mascarilla en el rostro.
También debemos tener el cuenta el pH en las mascarillas caseras, ya que esto afecta a su tolerancia en la piel. Como el rostro tiene un pH de 4-5-5.5, debemos pensar fórmulas que estén en ese rango para no irritar la barrera cutánea, evitando utilizar un exceso de ingredientes ácidos como el yogur, o básicos como el bicarbonato, que podrían alterar dicho equilibrio si no se formula adecuadamente.
¿Qué ingredientes naturales utilizar para una mascarilla facial casera?
La clave para obtener una mascarilla efectiva es elegir los ingredientes adecuados para crear una fórmula segura y eficaz.
Comenzamos con la avena, ideal para pieles sensibles o irritadas por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Cuando se combina con miel, nos aportaría una hidratación extra. La miel es también reconocida por sus propiedades antibacterianas y humectantes, ayudando así en la mejora de la elasticidad y suavidad de nuestra piel.
El aceite de jojoba (Simmondsia Chinensis), disponible en su versión bío de Naturitas Essentials, es un activo interesante para pieles mixtas o grasas al equilibrar la producción de sebo sin obstruir los poros. Ayuda a hidratar la piel gracias a las ceramidas y, por su contenido en vitamina E, tiene propiedades antioxidantes, que proporcionan un sistema defensivo frente a los radicales libres.
El aceite de rosa mosqueta es ideal para hidratar y regenerar la piel cuando tenemos manchas o cicatrices, por sus propiedades reparadoras, siendo rico en ácidos grasos esenciales. Podríamos combinarlo con otros activos hidratantes como el aloe vera.
Si hablamos de pieles con tendencia acneica, otro ingrediente que podría formar parte de nuestra mascarilla facial casera sería la arcilla verde, que ayuda a absorber el exceso de grasa y a purificar los poros.
No podemos olvidarnos de incluir además aloe vera por sus propiedades calmantes, cicatrizantes y reparadoras, que lo hace ideal para el tratamiento de pieles sensibles o irritadas. Además, hidrata profundamente sin dejar una sensación grasa, mejora la elasticidad de la piel y ayuda a reducir la aparición de arrugas.
Para maximizar los beneficios de nuestras mascarillas, es recomendable aplicarlas tras una limpieza con un gel suave que incorpore ceramidas, ácido hialurónico y pantenol, así como otros ingredientes calmantes.
Ejemplos de mascarillas teniendo en cuenta todo lo anterior:
- Mascarilla hidratante y calmante: Necesitarías dos cucharadas de avena, una de miel y otra de yogur natural. Mezcla bien todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea, aplica sobre el rostro limpio, y deja que actúe durante 15 minutos, para después enjuagar con agua tibia.
- Mascarilla purificante: Necesitas dos cucharadas de arcilla verde, una de aloe vera neutro y un par de gotas de aceite de jojoba. Mezcla la arcilla con el aloe vera hasta formar una pasta, añade el aceite de jojoba y aplica sobre el rostro (evita siempre el contorno de ojos). Deja actuar 7 minutos y retira con agua tibia.
- Mascarilla revitalizante: Para prepararla debes triturar 1/4 de pepino, 1/4 de aguacate y 1 cucharada de aceite de rosa mosqueta. Aplica sobre el rostro y deja actuar 15 minutos. El pepino hidrata y refresca, el aguacate, en cambio, nutre la piel con sus ácidos grasos, y el aceite aporta antioxidantes suavizando la piel.
Las mascarillas caseras son una alternativa interesante y efectiva para el cuidado de la piel, siempre y cuando se utilicen ingredientes adecuados y se sigan medidas de higiene estrictas.
¿Te animas a preparar estas mascarillas? ¡Da el primer paso hacia una piel
radiante!