Cómo afectan los tóxicos a la piel: eliminar los Disruptores Endocrinos

Trucos para huir de esas pequeñas moléculas que pueden causar tan grandes daños

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Trucos para huir de esas pequeñas moléculas que pueden causar tan grandes daños

Si la palabra “endocrino” ya suele sonar a chino, si al concepto le añadimos “disruptor” delante seguramente mucha gente huya. Y es que la pregunta más normal de hacerse bajo el título de este artículo es: ¿disruptores endoqué?

Pues bien, los disruptores endocrinos son sustancias químicas capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales. Como las hormonas son la base del sistema endocrino, a los compuestos químicos que las imitan les llamamos “disruptores endocrinos”, porque alteran el sistema endocrino de nuestro organismo.

Y este es unos de los sistemas más complejos e importantes que tenemos, ya que las hormonas son moléculas que permiten la señalización y comunicación entre células y órganos. Por eso, son esenciales para el correcto funcionamiento de numerosas funciones corporales.

Debido a su gran presencia en nuestro día a día, la exposición a disruptores endocrinos es extendida y continua. Estudios en grandes poblaciones han llegado a detectar muchos de estos químicos en muestras biológicas de más del 95% de los participantes.

Pueden entrar en nuestro cuerpo por contacto directo con la piel, a través de la dieta o por el aire que respiramos. También son capaces de atravesar la placenta, y evidentemente se encuentran en la leche materna. Algunos disruptores endocrinos, los llamados persistentes, ¡pueden permanecer en nuestro cuerpo hasta más de diez años!

Los disruptores endocrinos también son capaces de interferir en el correcto funcionamiento de otros sistemas y funciones corporales esenciales, como la salud respiratoria, cardiovascular, metabólica, cognitiva, reproductiva o incluso en el desarrollo, desde la etapa prenatal hasta la edad adulta.

Todavía desconocemos la totalidad de los efectos sobre la salud de la mayor parte de estos compuestos, pero varios estudios los han asociado al aumento de ciertos tipos de cáncer, obesidad, infertilidad, diabetes, síndrome metabólico o asma, por citar algunos ejemplos.


¿Cómo influye el sistema endocrino en la piel?

La piel ha pasado de ser considerada simplemente un órgano receptor de señales hormonales a ser un propio órgano con actividad neuroendocrina. ¡Hay que ver lo que llega a descubrir la investigación biomédica!

El sistema endocrino participa en el desarrollo y funcionamiento normal de la piel, ya que la mayoría de las hormonas tienen efectos en la unidad pilosebácea o en las glándulas sudoríparas a través de receptores localizados en estos órganos. Por otra parte, en la piel también ocurre la síntesis o modificación de diferentes hormonas, por lo que se puede considerar un órgano endocrino.


Disruptores endocrinos y cosméticos

Una de las vías de entrada de disruptores endocrinos a nuestro organismo es nuestra capa más externa, es decir, la piel. Cuando nos aplicamos productos cosméticos que contienen ingredientes que pueden actuar como disruptores endocrinos, estamos facilitando su entrada al cuerpo en cuanto se absorben y penetran a través de los poros cutáneos, cosa que les permite llegar fácilmente a nuestra sangre.

Por eso es importante revisar bien las etiquetas de los cosméticos, entendiendo qué ingredientes pueden comportarse como disruptores hormonales e intentando evitarlos. Los más conocidos son los siguientes:

  • Parabenos: pueden camuflarse con nombres como Isopropilparapeno, Propilparapeno, Isobutilparabeno y Butilparab, Methylparaben y Ethylparaben.
  • Conservantes que liberan formaldehído: DMDM Hydantoin, Hidroximetilglicinato de Sodio, Imidazolidinil urea o Polyquaternium.
  • Productos con filtro UV: Benzofenona, Cenfenos, Cinamatos o Ethylhexyl methoxycinnamate.
  • Ftalatos: Butilbencilftalato, Dibutilftalato, Diisononilftalato o Di-isobutilftalato.

También son un problema los disruptores endocrinos que se encuentran en los envases de los productos, ya que los cosméticos pueden ir captándolos mientras están envasados dentro y luego hacerlos penetrar en nuestro cuerpo cuando los aplicamos sobre la piel. Los más conocidos son los Bisfenoles, presentes en los envases de plásticos de policarbonato o envases que contengan el símbolo 7.

¿Cómo eliminar del cuerpo los disruptores endocrinos?

En este caso no hay dicho más acertado que el de “es mejor prevenir que curar”. Como personas consumidoras, debemos ser conscientes de lo que compramos y utilizamos. Podemos hacer pequeños cambios en nuestro día a día para reducir nuestra exposición a los disruptores endocrinos, como por ejemplo:

  • Optar por cosméticos con certificación ecológica.
  • Evitar los cosméticos que contengan en su INCI los químicos citados como disruptores endocrinos.
  • Evitar los productos con aromas o perfumes que no sean a base de aceites esenciales ecológicos específicamente descritos en la lista INCI.
  • Limitar el consumo de productos de origen animal.
  • Evitar los envases de plástico.

En Naturitas Essentials puedes encontrar muchos productos cosméticos ecológicos, libres de disruptores endocrinos. Mis favoritos son el Gel de baño de caléndula, el Gel de aloe vera y la Crema de manos.

A la vez, también podemos intentar aumentar el consumo de algunos alimentos que bloquean el efecto negativo de los disruptores endocrinos o que ayudan a desintoxicar el hígado.

Algunos de los más importantes son los productos ricos en betacarotenos, clorofila, quercetina, resveratrol o polifenoles. En Naturitas Essentials puedes encontrar una gran variedad de alimentos naturales ricos en estos fitoquímicos, y también suplementos como la Quercetina o el Resveratrol.

Por último, un pequeño detalle: no hay que alarmarse. Nuestra salud no solo depende de la exposición a disruptores endocrinos. Hay que mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, realizando actividad física y evitando hábitos nocivos como el tabaquismo o el alcohol. Vigilar el contacto con los disruptores endocrinos está bien, pero sin llegar a extremos.

Y es que como en todo, si la balanza de la vida no está equilibrada, al final se rompe.